En ocaso voy sintiendo,..
voy llegando a esa tierra,…
embebecido estoy de su memoria,…
de la luna ennegrecida, su escafandra,…
Barlovento, aguas, aire, truenos,..
lugares también muy quietos,…
es el recuento de los años,…
¿Cómo morir de todo, como morir de nada?,…
es una oda, es una épica,…
es la vida diamantina,…
con hermosas crestas, valles,..
recuerdos de amores idos,..
que nos tocaron o que tocamos,..
Ay de la congoja milenaria,..
de la falencia inevitable tan humana,…
de su pobre espíritu,..
aquel que le conduele,…
es su sello, es su gracia,…
Humano ser, tan nimio, tan pequeño,..
allí radica tu valer,..
de esa tu pequeñez que se presenta,…
en la duda, interrogante,…
en el dolor, cuando la lagrima,…
no puede contenerse,…
