jueves, 13 de abril de 2017

Definir el arte,.., ¿quién pudiera?,..

No podría una acequia dormida, hablar un metalenguaje iridiscente,…
no podría una alondra,…, convertirse en jabalí,..
un caballito de mar,.., ganarle a un dromedario,…, en el desierto de Gobi,…

¿Cómo hacer arpegios con suspiros?,…
trazos con los dedos,.., volutas de humo,.., un fuego,…
un nido de torcazas,…, un vuelo alucinante,…
un suspiro frente al mar,…

Quitar el pesado lastre de ese dialogo incesante,…
y permitir al silencio que nos hable,.., que nos salve,…
de nosotros mismos,…, permitir,..

Como dejar libres a los dedos discurrir,…
dejar los ojos libres,.., no contenerlos,..

Permitir, la mezcla violenta de colores,..
de lenguajes, percepciones,.., de sonidos,..
y locura alucinante,…, y la paz,.., la pausa,..

Luego de ese frenesí,.., de ese clímax,..
¿y quien rige?,.., nadie,.., nadie,..
no hay un guion,.., una línea trazada,..
un vocablo “inteligente”,.., una “runa”,…
una guía o un filo que seguir,…


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