jueves, 16 de abril de 2015

Una pausa (4a entrega)

Quién sabe si a razón del estress, Yoltic ahora se encontraba en la fila interminable de “pacientes” esperando a llegar al preciado destino de “contarle” al médico en turno (en la salud pública en México, es imposible, dado el volumen de pacientes y los escasos recursos que posee la institución, que se atienda debidamente al paciente), cuáles eran sus dolencias y que le habían “obligado” a llegar a este calvario, vía crucis, de esperar por asistencia médica, porque prácticamente era eso, no más, no menos; en esa espera interminable, aburrida, soporífera, depresiva y desgastante, pensaba en tantas cosas, rumiaba su coraje, su impotencia, cada vez que veía la atroz indiferencia de todo el personal médico y no médico, que laboraba en la institución, desde el guardia de seguridad que se adjudicaba el derecho y prerrogativa, de evaluar a “ojo” quien si estaba enfermo y quien se estaba haciendo “pendejo”, y consecuentemente se portaba, con los que consideraba enfermos, más tolerante, no los molestaba y más si eran ancianas que le recordaran a su madre o a su abuela (en México hay una especie de “culto” hipócrita, y principalmente de personas de los niveles económicos bajos, porque a las “abuelas” se les llama cariñosamente: “cabecitas blancas”, “madrecita”, y palabras similares, y sin embargo ese supuesto “cariño” o amor, no les obliga a tratar bien a sus mujeres y más bien el maltrato es el cosa común, el macho mexicano no puede bajar la guardia a riesgo de parecer un “mandilón”, lo peor que le puede pasar es que “alguien” pueda llegar a creer que su mujer lo pudiera “mandar” o que lo induzca, o que lo “regañe” por algún error, que enorme estupidez), y mientras esas “ideas” le pasaban por la cabeza, las enfermeras entre sí platicando de puras “nangueras” y pintándose las uñas, “pues si manita, ya te digo,..”; mientras que en la fila interminable, unos más otros menos, ponían su mejor cara de dolor, para ver si los atendían más rápido, fútil intento, esto no les valía, el médico los vería cuando le tocara su turno. Yoltic reflexionaba, ser pobre en México (la mayoría de la población ya lo era), es un acto de heroísmo aberrado, “bizarro”,  sin expectativas de futuro, vivir al día, casi que ser un “pescador” de milagros cotidiano, las mujeres encuentran sus espacios, sus “oportunidades” de poder allegar un plato a la mesa, desde lavando ajeno, planchando, siendo “chachas” (apocope de muchachas), haciendo “tandas”, estafando a “alguien” con un préstamo que no se paga, empeñando el refrigerador o la lavadora, o si no les alcanza más la creatividad, “alquilar” su cuerpo en algún lugar, con el consabido refrán, “según el sapo es la pedrada”, en el tema de “cobrar” por sus “favores” y los hombres mientras tanto, ¿qué hacen?, posiblemente en la cantina o si no les alcanza el poco dinero que poseen, en alguna esquina, “departiendo” con sus camaradas, echando “desmadre”, buleando al que se deje, bromeándole, molestándole, uh compadre, te pega tu vieja, yo en mi casa mando yo, no te dejes, no seas guey.

Toda esta basura le pasaba por la cabeza a Yoltic y en un momento se preguntaba, ¿valdrá la pena escribir de todo esto?, ¿para qué?, si México ha perdido la esperanza con todos los años sumergidos en tanta precariedad y latrocinio, no es por eso raro que seamos “adoradores” de los mesías, de los superlíderes, “este es el camino, crean en mi”, de los artistas de las telenovelas, hombres y mujeres, desean “empatar” con ese “glamour” esa “limpieza” de gestos de los “ricos”, su cultura, sus poses, sus valores; o si no alcanza a tragarse el vomitivo, de los jugadores de fútbol al menos, las “chivas”, los “águilas”, los “perros, los “pumas”; por eso la pasión futbolera o por las telenovelas;  los preciosos anhelos humanos devaluados, deformados, y postergados por tanto tiempo, que algún día quisieran verse “realizados” y la telenovela, la “tele”, nos “pinta” esa “dulce” posibilidad, el “soma” que nos seduce y nos pone la cara de “tontos”, románticos de suspiros, ilusos, ya lo decía el buen Chava: “a que le tiras mexicano cuando sueñas”, todo ello pues, pasaba por la mente y corazón de Yoltic en esa espera que parecía interminable.


Poesía

Conjugación de los sentidos,..
de las voces, los momentos,..
conjugar,..

Es un canto, una estrofa,..
una lágrima vertida al mar,..

Es un alma que fascina,…
mía, otra, todas,..
escuchad,..

Es volar en horizontes,..
es llegar a un lugar,..
evocado, anhelado,..
encontrar,…

Es encontrar, la caricia justa,..
a mi ser, a los demás,..

Es rozar con dulce beso,..
un alma con bondad,..

Es fuego que no quema,..
es hielo que refresca,..
es vendar la herida,..
emocional,.. y perdonar,..

Es conjugarse en mil voces y lenguajes,..
todos corresponden,..

Es comprender del tiempo en un segundo,..
poder salvar,..
a la esperanza, en la postrera aurora,..
terminar,..
y con paso lento,.., poder llegar,..

Es vibrar, pausadamente,..
sin estridencia,.., el cantar,..
bailar,..

Es conjunción de almas,..
no de cuerpos,..
comprender,..