jueves, 30 de abril de 2015

Niños


Somos paisajistas que pintamos,..
con colores tenues, muy sensibles,..
apenas roces,..

En el crisol de las almas licenciosas,..
emitimos,...
la expresión sublime contenida,..
aquella que parte a su estructura,..
su alma dividida, contrastante,..
entre el mas puro amor y el desorden,..
el terrible caos, su pobreza, su cordura,..

Templada está, deformemente definida,..
entre aquella que constriñe,..
a su alma nueva, soñante,.., muchas veces,..
harto temerosa, expectante, agazapada,..

Y conforma su camino, un derrotero, una vertiente,..
que deriva, evoluciona, que permea,..
hacia el devenir colmado de futuros,..

Algunas almas bellas, solitarias,.., colapsadas,..
temerosas, orfandadas, aquietadas,...
tristemente abandonadas,..
desde hace tiempo, milenarias,..

Germen de las llagas, estigmas consistentes, permanentes,..
que nos duelen, que nos duelen,..
humanidad que ya no mira para sí,..
egocentrado, implacable,...

Niño indígena, de la calle, huérfano,...
explotado, enviciado,..
en el pabellón enfermo,..
como si fuera un prófugo, delincuente,..
olvidado, nada fuera,..

En el cadalso, en el patíbulo,..
enjuiciado, sentenciado, ya proscrito,.., desterrado,..
se encontrara,...

Su mirada, perdida, extraviada,..
como un pequeño cervatillo,..
como una paloma,..
como un pájaro, como una ave,..
una libélula,..
crisálida que no logra transformarse,..
que tristemente se diluye, esta se pierde,..
como si nunca hubiese existido,..

Humanidad,...
palabra, que no se escucha,..
que no se emite,..
que no hace ningún ruido,..
ni ningún eco,...