sábado, 16 de septiembre de 2017

En la esquina del mundo,..

Solo para tus ojos,..
como lindas bellotas pendencieras,..

Buscare un rimar, una conjugación de las palabras,..
que te endulcen el alma,.., flor de alabastro,.., oh bien mío,..

Que, ¿quién eres?,..
nadie y todos, poquitos o muchos nadie,..

¿Alguien inteligente?,..
quizás si,.., quizás no,.., ¿quién pudiera saberlo?,..

En la noche orlada de jacintos,.., noche buenas,..
acaeciendo va la noche milenaria,..
y se viste el fuego de luz,..
se incita al polimorfismo,..
que ya no pretendamos,..
ser solo como los cubos o los redondos,..

Mejor ser,..
anagramas sin memoria,..
para que siempre este latente la duda,..
el ¿seria posible?,..

Cada intento fallido, pareciera un juego incesante,..
que va sumando probabilidades de que acontezca,..
el milagro,..

Cuando Caín muere sin tanto aspaviento,..
como si supiera lo que debe,..

¿Es que acaso todos somos Caín?,..
¿hubo un Abel alguna vez?,..
no lo recuerdo,.., creo que no,..

Hay distancias gigantes entre dos seres cercanos,..
se pueden “mirar” el uno al otro y no llegan a “mirarse”,..
imbuirse,..
encontrarse,..

Con la congoja manifiesta,..
la verdad o la mentira,..
me debes,.., te debo,..
nada,.., poquito,.., ¿todo?,…

Siempre la duda, siempre el reclamo que no cesa,..
que no para,…

“Y estábamos sentados allí,.., en la esquina,..
del mundo,.., del tiempo, mirándonos los rostros,..
solo observándonos”,..


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