viernes, 15 de diciembre de 2017

Un cuento breve de Navidad

Corría el año 3025 DC y 1075 de nuestra era, había sido en 1950 en que luego del Split de EPN en su decir, “volvido”, Juan Nepomuceno Plancarte, habría encontrado la parte que buscaba en su experimento, “tendría que reacomodar los elementos de diferente manera, no importando que se me hagan ridículos”, con esta idea de fondo, altero notablemente el orden del experimento y logro por fin lo que tanto había buscado,…, la clonación de nanocelulas cerebrales selectivas,.., de tal suerte que manejando ciertas variables, los seres humanos podrían implantarse dichas nanocelulas en porciones cerebrales que aumentaban el potencial cerebral en un determinado sentido, de manera enormemente extraordinaria, fue allí el punto de arranque, de inicio, en que la ciencia y el humano habrían tenido un desarrollo vertiginoso y se habrían logrado cantidad de respuestas, todas viables,…, para los grandes paradigmas de la humanidad,…, y se habrían logrado además,.., los viajes interestelares,.., a través de los gusanos intergalácticos,.., por citar algunos notables,.. Pero no obstante estos sensibles avances logrados,.., el ser humano seguía teniendo los mismos sentimientos que quizás sus ancestros primigenios,.., un sentido de arrobación que rayaba en cierto grado de misticismo hacia el todavía insondable universo, que el humano no conocía sino tan solo en una mínima parte,.., si acaso, en este 1075 de nuestra era, solo habrían llegado a explorar una trillonésima parte de los mundos del universo quizás,.., en diferentes latitudes,.., ¿qué tan grande es el universo?,.., era todavía una pregunta que solo teóricamente era resuelta, imposible tener una certeza con cierto porcentaje de verdad, saber si el universo podría ser finito,..

Después de tanto desarrollo, el ser humano seguía siendo todavía “ingenuo”, romántico, idealista y soñador,.., y todavía le gustaba creer en las leyendas de antaño,.., aquellas creencias antes de nuestra era,.., todavía los pequeños esperaban con ansias estas fechas y que en todos los planetas habitados, tenían que ser empatados con los tiempos de la tierra,.., y escribían en sus aparatos virtuales, sendas cartas peticionantes,…, a un Papa Noel o semejante o parecido,.., que iban desde la paz en alguna región del universo conocido, hasta cosas tan triviales, como el último juego elaborado en el planeta Kripton, donde se hacían todos los desarrollos informáticos posibles y necesarios del género humano, enviando sus peticiones al “ciber espacio”,.., con la fe y la creencia de que ellas iban a ser atendidas,.., y entonces el ministerio de Salud Publica Ciudadana,.., debía atender dichas peticiones,.., para continuar con esta hermosa tradición y práctica,..

En todo ello pensaba Hari Seldon (nombre que le habrían puesto sus padres, en honor al personaje emblemático de Asimov),.., y suspiraba,.., luego entonces ya resuelto, va hacia el portal que lo trasladaría hasta su casa en la vecindad de Alfa Centauri,.., para la Cena de Navidad,.., y con los portentos de esta maravillosa ciencia,.., solo era necesario cruzar dicho umbral caminando,.., y recibiéndolo con enorme alegría y entusiasmo sus pequeñines,..

¡Pudiste venir Papa¡,.., papa Noel atendió nuestra petición,.., ¡Felicidades¡,…


Nota de la Enciclopedia Galáctica, año 3025 DC y 1075 de nuestra era,..


No hay comentarios.:

Publicar un comentario